
“Para estimar la
probabilidad de elección de una alternativa dentro de un conjunto de
alternativas, existen varias posibilidades econométricas conocidas
genéricamente con el nombre de Modelos de Elección Discreta” (C. Escobar, Z.
Kallas & José M. Gil en Estudio del Posicionamiento de los Productos Acuícolas Catalanes
por parte del Consumidor en Cataluña).
Este modelo
posibilita estimar los regresores que hacen referencia a los atributos de las
alternativas. Tiene varios enfoques pero me voy a quedar con el que me interesa
y que es el que permite interpretar los modelos de elección discreta bajo la teoría
de la utilidad aleatoria, de tal manera que la alternativa seleccionada en cada
caso será aquella que maximice la utilidad esperada.
“A nosotros nos gusta la panga, el precio, el sabor es muy suave…
está limpia, se encuentra en cualquier sitio”.
Esta fue una
de las respuestas que recibieron los autores del estudio anterior cuando
preguntaron por las principales especies que conocían y que surgían de una
forma espontánea. Esta respuesta evidencia una maximización de lo que esperan
que ofrezca el producto.
Frente a
esta respuesta se da la siguiente paradoja:
- El
consumidor de productos del mar conoce el concepto de la acuicultura aunque no
es capaz de distinguir entre los diversos métodos de producción. Su percepción
de lo que es la acuicultura estará condicionada a lo que la gran “mass media
pública” y se producirá un lógica asociación entre la información que recibe de
cómo se produce el panga y la acuicultura. - Presenta
una actitud positiva ante determinados aspectos como el que existe respeto por
el medio ambiente y que hay un mayor control de las producciones. Sin embargo
las últimas noticias hacen referencia a que la panga de acuicultura se deja de
vender en Carrefour porque duda de los criterios medioambientales de las
granjas donde se cría. - Es
evidente que estas declaraciones impregnan y refuerzan las actitudes negativas
y contrarias, como son el hecho que la percepción que se tiene del pescado de
acuicultura frente al extractivo se basan en las calidades organolépticas y que
sus propiedades nutricionales y saludables son inferiores. Lo cierto es que en
el caso de la panga es así. - Si
se conociera el origen, el consumidor presenta una mayor disposición a pagar
algo más. La crisis y la realidad del acto físico de la compra (sacar el dinero
y entregar a cambio de algo) indican que no es así. - El
principal criterio empleado por el consumidor a la hora de seleccionar un
producto como el que nos ocupa es el precio y la presentación.

Toca
reflexionar.
La
acuicultura no está tan demonizada como podría pensarse, pero es necesario
comunicar más y mejor. No se comunica lo suficiente y no sabemos comunicar lo
que hacemos. La gente quiere saber qué es la acuicultura, que especies criamos
y cómo, si dañamos o no el medio ambiente, si el pescado de cultivo es sano y
si nuestra actividad es sostenible, básicamente aunque hay alguna variante, y
si no se lo explicamos bien sacarán las conclusiones que mejor se adapten a su
manera de entender o aquellas que quieran creer que son las correctas, porque
no hay nada más potente que el desconocimiento generado por los prejuicios.
Mejoramos nuestra comunicación cuando explicamos con palabras claras, con
transparencia y con solidez científica nuestra actividad.
Ya que de no
ser así obtendremos la respuesta que evidencia una maximización de lo que se
espera que ofrezca el producto.
Un ejemplo de como la comunicación científica y bien fundamentada evita que se produzcan este tipo de alertas, es la Opinió aprovada pel Comitè Científic Assessor de Seguretat
Alimentària a l’abril de 2017, que puede consultarse en: acsa.gencat.cat/web/.content/Publicacio/eines_i_recursos/Publicacions/Informes_tecnics/comite_cientific_assessor/publis/panga/Opinio-CCA-sobre-el-consum-de-panga_text-definitiu.pdf