Cabeça do dragão

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Cabeça do dragão

(Una colaboración de José Manuel Vergara para Historias acuícolas)


插图:天才Suson阿奎莱拉


“El motor de una Acuicultura económicamente viable y sostenible reside en la voluntad y determinación gubernamentales”. Academia China de Ciencias Pesqueras.

En el año 2002 comenzó un proyecto en el que participé para evaluar el potencial del archipiélago de Cabo Verde para el desarrollo de la Acuicultura Marina. Siguiendo la lógica, buscamos antecedentes de estudios, informes y proyectos relacionados con el tema, y quiero relatar aquí lo que leímos y nos contaron respecto a una experiencia que, en cooperación con la República Popular China, se desarrolló en Mindelo, capital de la Isla de San Vicente, Cabo Verde, entre 1997 y 2000.


Cabo Verde, junto a Guinea Bissau, formaba parte de las colonias Portuguesas hasta que la Revolución de los Claveles liberó de esta condición a estos territorios africanos. Circunstancias que no vienen al caso condujeron a que en 1975 este archipiélago se desligara del territorio continental y se proclamara como República independiente. Bajo influencia comunista hasta 1991, en que se celebraron las primeras elecciones libres y multipartidarias del país, fueron frecuentes acciones de cooperación con países de Partido Único, y fue en este contexto en el que se ejecutó el “Projecto de Desenvolvimento da Aquacultura em Cabo Verde”, en cooperación con la República Popular China, cuya ejecución se programó inicialmente entre 1997 y 2000. Su objetivo era “realizar estudios sobre la viabilidad de la acuicultura marina como medio para reducir la presión sobre los recursos pesqueros y creación de una nueva actividad económica”.


Para ello, se construyó un criadero piloto de bivalvos anejo al Instituto Nacional de Desenvolvimento das Pescas (INDP), en Mindelo, y se intentó la introducción para su cultivo de tres especies de estos moluscos procedentes de China: Pectínidos (Pecten circularis, Chlamys nobilis), Ostras del pacífico (Crassostrea gigas) y Mejillón verde (Mytilus smaragdinus).


Los adultos de pectínidos nunca llegaron vivos a Cabo Verde (tras un viaje de 36 horas en seco), y a pesar de las diferencias de salinidad originarias de China (28 ppm) y Cabo Verde (37 ppm), un 98,5% de los reproductores de ostras y un 82,8% de los de mejillón sobrevivieron al viaje y primeros días de aclimatación. Las diferencias de temperatura del agua (21ºC en China y 25ºC en Mindelo) resultaron un eficaz choque térmico, de manera que los animales supervivientes desovaron 23 días después de su llegada, llegándose a producir un total de 132 millones de larvas trocóforas de ambas especies. Para su alimentación se cultivaron diversas especies de fitoplancton (Isochrysis galbana, Dicrateria sp., Tetraselmis sp., y Chlorella sp.). Además, era la época de puesta de estos animales en su área originaria.


Debido a las altas temperaturas del agua en los tanques (26°C), los estadíos de fijación de ambas especies se alcanzaron más rápidamente que en condiciones normales (de 21 a 15 días para los mejillones y de 30 a 21 para las ostras), con una producción final de 66 millones de larvas pedovelíger de ambas especies. Para su fijación se emplearon conchas del gasterópodo local conocido como “búzio” (Strombus latus), que se fondearon mediante “long-lines” en el límite de la marea alta de una zona intermareal de la Bahía de Mindelo. El escaso número disponible de estas estructuras sólo permitió la fijación de un millón de estas larvas.


A los pocos días, todos los mejillones habían desaparecido (los técnicos Chinos interpretaron que “la mayor autonomía de las larvas de mejillón, al poder producir biso continuamente, les hizo huir en busca de ambientes más propicios”), y sólo quedaban unas 100.000 larvas vivas de ostras.


En los “long-lines” se detectaron un número considerable de diversos competidores, tanto por el espacio como por el alimento, así como de parásitos, entre los que se citan Sabella spp., Ascidáceos, Cirrípedos, Demosponjas, Platelmintos, Cangrejos, etc., que originaron la muerte final de todos los ejemplares. No obstante, en un informe de los técnicos caboverdianos que participaron en el proyecto, se menciona que la semilla de ostra llegó a alcanzar 5,21 cm en 7 meses, con una temperatura media del agua de 25,4ºC y 36,2%de salinidad (¿quizás algún emisario próximo?). A los técnicos Chinos no les resultó nada satisfactorio este crecimiento, pues en su país las ostras alcanzan de 9 a 10 cm durante el mismo período.


Siguiendo con la búsqueda del problema, se estimó que la abundancia media de fitoplancton en la zona fue de 4,844 cel/ml, siempre superior a 3,000 cel/ml, pero muy inferior a la existente en las zonas de engorde de China, y con unos tamaños celulares muy reducidos (1-2µm) al compararlos con los correspondientes en China (6-30µm).


Tanto en su publicación técnica como en comunicaciones personales, los autores caboverdianos indicaban que otro factor negativo a considerar podrían ser las obras para la construcción de un nuevo muelle junto a la zona del ensayo, que incluyendo el dragado y explosiones en el fondo marino, se desarrollaron durante las mismas fechas. Finalmente, parece que la Bahía de Mindelo contiene un número importante de buques petroleros hundidos, por lo que no sería descartable la presencia de niveles de metales pesados con efectos negativos para los moluscos bivalvos. Al llegar nosotros, el criadero llevaba varios años en desuso.


No soy experto en bivalvos, pero no parece que probar con especies importadas fuera un buen principio, y respecto a la localización del ensayo, pienso que la mayor parte de factores negativos podrían haberse identificado antes del mismo.


Desafortunadamente, el proyecto en el que el que yo participaba no obtuvo tampoco resultados satisfactorios (esa es otra historia), aunque estoy seguro de que Cabo Verde tiene un potencial importante para la acuicultura marina. Quizás tanto los Chinos como nosotros abordamos el tema un “poco” precipitadamente, y seguramente no hemos seguido los pasos apropiados (incluyendo a los Caboverdianos). Sólo me queda desear que no hayamos contribuido a retrasar el desarrollo de este sector en este, por otro lado, privilegiado lugar.


El autor

Interesado por la Biología Marina desde la Licenciatura en Biología por la Universidad de La Laguna en 1980, obtiene el grado de M.Sc. en Acuicultura en la Universidad de Stirling (Reino Unido) en 1987. Como profesor desde 1988 de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria adscrito al Departamento de Biología, imparte docencia en particular sobre Acuicultura Marina la Licenciatura en Ciencias del Mar, siendo cofundador en 1988 del Grupo de Investigación en Acuicultura, junto a personal del Instituto Canario de Ciencias Marinas (Gran Canaria), donde se ejecutan todos los proyectos de investigación en los que participa. En 1992 obtiene el grado de Ph.D. en Acuicultura en la Universidad de Stirling, título convalidado en España por el de Doctor en Ciencias del Mar en 1994. Obtiene por oposición la plaza de Profesor Titular de Universidad en 1995.


La actividad de investigación se ha desempeñado en diferentes líneas, siempre con el hilo conductor de la Nutrición de peces marinos (área de especialización de su Tesis Doctoral), incluyendo: Requerimientos nutricionales de varias especies de peces; Impacto ambiental y rendimiento de piscifactorías de jaulas marinas; Transferencia de tecnología de criaderos de peces marinos; y Adaptación de especies de peces marinos silvestres a su producción en granjas (dorada, lubina, pargo, seriola). El proyecto de instalación en 1994 de una granja piloto de jaulas para engorde de peces marinos en Gran Canaria, y los estudios dirigidos sobre su rendimiento e impacto ambiental dieron lugar, además de a resultados científicos, a su funcionamiento como un parque científico-tecnológico. Ha participado como Investigador Principal en 8 de los 26 proyectos de investigación en los que ha trabajado. 

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