Crónicas mundanas de la COVID-19 (D23)

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Estamos confinados y no todo el mundo puede desarrollar su trabajo con normalidad, pero estamos muchos que gracias a internet no paramos. No paramos de trabajar porque quietos en el sitio sí que estamos y más ahora que ha quedado implementado en el BOE la geolocalización a través de la trazabilidad de los móviles.


Día 23 de confinamiento Covid-19

Según el BOE los datos se recogerán de forma anónima y agregada. Es un consuelo. Debemos creer que será así.

Internet es una infraestructura de servicio público y es un derecho básico de nuestras vidas. No lo digo yo, aunque podría, lo he escuchado hoy en una conferencia realmente interesante de la que os quiero compartir algunas cosas que me han resultado atractivas. Estas reflexiones están contaminadas del exterior, y eso va en contra del principio de este blog circunstancial, pero es que afecta directamente al entorno inmediato, y no he podido evitar comentarlo.

Todo el mundo debería tener acceso gratuito y de calidad a internet, no debería mercantilizarse. Un ejemplo, hoy, justo hoy, y con lo que está cayendo qué consideramos más importante, un tren de alta velocidad o internet gratuita y universal.

Creo que hoy, justamente hoy, es posible que una mayoría (cuánto odio decir esto que usan los políticos con tanta frecuencia) diríamos que internet. Yo así lo creo.

Si el estado invirtió una tremenda millonada en que el tren de alta velocidad llegase a casi cualquier sitio, que no digo yo que no esté bien, no podría haber decidido hacer lo mismo con internet y no dejarlo en manos de ciertas empresas privadas, pregunto. Si esto hubiese sido así hoy no existiría brecha digital y la transformación que tanto pregonamos estaría completada. 

Ya estamos pagando de dos formas su uso, uno a cambio de la contraprestación económica del coste del uso de los datos y otro a través de la cesión de nuestros datos personales.

Creo que todos nos estamos transformando digitalmente, y de golpe, consecuencia de un fenómeno de extrema necesidad.

Cada día entreno un poco para aliviar la tensión del confinamiento y mis datos pasan a la aplicación que uso. En breve recibiré un correo electrónico o un pop-up, o lo que sea, en mi dispositivo diciéndome si estoy o no en condiciones de acabar el próximo Tour. Sinceramente no lo voy a necesitar. Ya sé la respuesta, hay cosas que…

Sin embargo, espero que la operadora del servicio me envíe una equipación completa y gratuita al ver que he sido un usuario avanzado y aplicado, porque ya sé que tienen todos mis datos.

El sistema de geolocalización, anónimo y agregado, dirá que algo raro pasa. Alguien está haciendo una panzada de kilómetros sin moverse un centímetro del sitio. Je, je, no saben que los engaño. 


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